Reflexiones en torno a una foto y sus protagonistasLa eterna paradoja progre es algo que, en ocasiones, apenas me deja conciliar el sueño. Concedo siempre la mejor de las intenciones, por ejemplo, a todo aquel antifranquista que, aun inasequible al documento, sostiene sus estrafalarias tesis -digamos que- históricas sin llegar al insulto personal cada vez que siente éstas (sus tesis) descuartizadas por la inesquivable fuerza del desnudo argumento, y acepto incluso debatir lo indebatible, esto es, la pontificación como resultado del testimonio de un amigo del cuñado del vecino de su abuelo, muerto cuando mi contertulio comenzaba la E.G.B.. Asumo que ello entraña riesgos para la estabilidad mental, y sé que hay combates dialécticos más enriquecedores para mí y para España, pero es inevitable: no pierdo la esperanza de que mi hijo llegue a vivir en un país en el que no se retuerza nuestro pasado común para adaptarlo a los propios enfoques ideológicos. Y en ese empeño cualquier terreno resulta fértil. Sé, pues, de lo que hablo.
¿La eterna paradoja progre? Se preguntará alguien sobre ella y sobre su encaje hoy aquí. Es bien sencillo. Es cierto que mejor puede hablarse del embuste progre cuando tratamos de historia, pero por encima incluso del abuso de éste destaca en el discurso progresista el uso constante de expresiones que suenan contradictorias, aunque no -como cabría esperar- con ánimo de enriquecer el debate provocando profundas reflexiones, sino con la más que aviesa intención de confundir, es decir, de intoxicar, complicando así la observación serena de la realidad, histórica y actual, y, por ello, envenenando la vida de la gente, pues como dijo el sabio, el ejercicio de pensar es indisociable de la tarea de vivir.
Guerras "legales" e "ilegales", tolerancia como virtud o tolerancia cero, Memoria Histórica o hipnosis colectiva sobre casi cuatro décadas de la Historia de España, políticas sociales o sumisión absoluta a la Banca Internacional, un Gobierno que no nos mienta o una Justicia amiga que convierta las trolas en certezas, sensibilidad social o pesebre para vagos y codiciosos amigos del Partido, regeneración desde la izquierda o vuelta a la corrupción felipista, Alianza de Civilizaciones o que les zurzan a los cristianos orientales asesinados a diario, apoyo a los más débiles o aborto a domicilio, pleno empleo o...
Ni una mala palabra ni una buena acción, en suma. Perversa paradoja. Y España, por el desagüe. Pero vayamos al grano:
Para quien no se ha tragado nunca la justificación de la virginidad progresista como superadora de la etapa oprobiosa de la época de Franco, ésta -ejemplar, nunca oprobiosa- sigue fascinando desde todos los puntos de vista; disgregaron España y nos dijeron que se trataba de un pago moral a tantos años de prohibiciones, pero no hubo tales entonces, sino impulso de lenguas y culturas regionales dentro de los límites de lo racional; reabrieron las heridas de la guerra y acusaron al régimen de cuyas filas provienen de haber cerrado aquéllas en falso mientras se extendía un manto de maniqueísmo que imposibilitaba el debate, pero la única verdad documentada nos dice a gritos que en los 60 sólo los fascinados por Moscú se acordaban de la guerra, y con Franco en plena forma física y política se debatía en tertulias y publicaciones españolas todo (y más de) lo que el sentido común y la búsqueda de la convivencia pacífica aconsejaban, es decir, todo, menos la defensa del terrorismo comunista y/o separatista (GRAPO, ETA, etc) o la consideración de ideologías y regímenes perversos como modelo a seguir en un futuro cercano.
Es difícil saber qué fue el llamado "franquismo", pero hoy, gracias a la inmensa documentación de que disponemos y a la cómica versión extendida por los propagandistas, sabemos bien qué no fue, y no fue, desde luego, un régimen de torturas y mazmorras. No digo más. Dejemos que quienes trataron de invadir España en los 40 o de extender el consumo de drogas en los 60 nos alumbren con sus testimonios, escritos o ilustrados. Y dejémonos luego llevar por la imaginación: con situaciones similares, ¿qué hubieran hecho yanquis, franceses o británicos? De soviéticos, turcos o cubanos mejor ni hablamos.
"En la cárcel no hice nada, si te tocaba alguna tarea le pagabas a algún otro preso para que te lo hiciera, algo que estaba muy bien visto, porque ya que tenías dinero era una forma de ayudar a otros. Me pasaba el día en el patio con el torso desnudo. Cuando salí vino Paco a recogerme a la cárcel y nos fuimos directamente a Málaga. A mi madre le habíamos mandado telegramas haciendo como que andaba por Alemania: “Mamá, aquí estoy triunfando”."
MIGUEL RÍOS
http://www.efeeme.com/659/miguel-rios-d ... rta-parte/ "Me encontré en la Modelo, en octubre de 1969. A las ocho de la tarde había la costumbre de, todos los presos de la tercera galería, ponerse a ver los ingresos que llegaban a esa hora. A ver si venia algún amigo, conocido o algún adversario, con el que hubiera vendeta, los cuadran en fila desde el centro a la galería. De repente veo en la hilera de presos recién ingresados a un negrata, mulato, alto, con un abrigo de piel hasta los pies, cuando llega a la oficina de ingresos donde los distribuyen celda a celda, yo le reconozco y le digo “coño si es Henry Stephen”. Se queda así, en ese momento era conocido porque tenía en el top ten, “mi limón, mi limonero, entero me gusta más”. Me pongo a cantarlo, toda la galería se pone a cantarlo, entonces el tío sale de la fila, se despoja del abrigo de pieles y se pone victorioso “mi limón, mi limonero”, fue de puta madre. Entonces entró también el actual Miguel Ríos, entonces era Mike Ríos. Todos por fumar, todos por fumar hachís (?). Al mismo tiempo estaba en el talego Marcelino Camacho, varios de la ETA, estaba uno del movimiento MPAIAC canario, de modo que la cárcel era muy divertida, y era divertida en todos lo sentidos, si que era más universidad que la calle.
Fumar allí en ese momento era posible, ¡no te ibas a poner a fumar allí si te habían metido en la cárcel por eso!, pero en ese momento un litro de vino asqueroso costaba 125 pelas, una botella de whisky Jonhy Walker 2500, si querías una puta te la llevaban hasta la puerta donde podías follártela, pagando, y si querías chocolate también. Yo pasé porque no era el momento en mi vida, al cabo fui liberado y fue cuando encontré trabajo con Cesar Lucas."
GASPAR FRAGA, fundador del "periodismo cannábico" en España.
http://www.softsecrets.nl/bl0gs/es/2010 ... en-espana/PD: El tal Jesús Monzón (el de la foto) era un corderito comunista al servicio de la URSS vía Carrillo; en 1944 intentó invadir el Valle de Arán con unos cuantos miles de camaradas (como suena), y en 1945, después de un fracaso digno de ser llevado a la pantalla, fue detenido en Barcelona. Luego vino lo habitual en la posguerra: condena a muerte conmutada, treinta años conmutados y en 1959 sale libre y se va a trabajar a centros de formación empresarial ligados al Opus Dei, primero en Méjico y más tarde... en España: 1969.
En el 97% de los países del planeta ni su ángel de la guarda le hubiera salvado del garrote por -entre otras razones- sedición; Carrillo, en los mismos años que nuestro protagonista penaba en España, dictó desde París o Moscú su sentencia de partido contra él por unos cuantos supuestos crímenes, y lo expulsó del PCE, lo que, en rigor, suponía su persecución y muerte, que se hubiera producido de no haber estado encerrado.
Resulta interesante observar con detalle la escena que forman Monzón y sus camaradas, incluyendo a los más jóvenes... Espacio abierto, comida "campestre", infantes, una corbata, sonrisas, bota de vino... No dejo de preguntarme qué otro régimen penitenciario de esos años hubiera permitido no ya una reunión semejante entre enemigos declarados del Estado, sino su inmortalización fotográfica, y todo ello tratándose de unos individuos que, según sus propios y públicos testimonios, querían traer a España el régimen soviético, imaginamos que con sus torturas, campos de esclavos, chekas y ejecuciones masivas.
Todo invita a la reflexión, y la figura de Franco se agiganta, de eso no hay duda.
Aún hay quien piensa que brigadistas en la guerra y maquis en la posguerra traían en la mochila la democracia, así que dejaremos que La Pasionaria nos aclare algo:
"Stalin, muy tranquilo, afirmó que nuestra postura era izquierdista y al despedirnos nos recomendó tener paciencia. De regreso a nuestra residencia le dimos (Carrillo y ella) muchas vueltas al asunto y llegamos a una conclusión: Stalin tenía razón."
El párrafo está sacado del número 17 de la Historia del Franquismo editado por Diario 16 (p. 262) en los años de la llamada "Transición"; junto a varios artículos absolutamente tendenciosos y a un número indeterminado de insultos y difamaciones contra Franco y cualquiera de sus colaboradores que por aquellos años no hubiera entrado en el selecto grupo de los "conversos" (acaudillados por los dirigentes de PRISA), aparece un título descriptivo bajo el que encontramos dicho párrafo: STALIN CONVENCIÓ AL PCE PARA QUE ABANDONARA LA GUERRILLA. En 1948, se entiende, es decir, cuando el fracaso de la "guerrilla" era total. La foto de Monzón es de la misma publicación.
Hay mil testimonios que avalan la tesis de una única oposición seria al franquismo: el comunismo, pero estas palabras de La Pasionaria despejan posibles dudas de los más recalcitrantes -fervientes enamorados de la paradoja- sobre el poder moscovita entre el antifranquismo militante.
Un abrazo.