¡Por fin ha llegado septiembre, para poder disfrutar de un nuevo número de VyA!. El cambio material me gusta, pues a mí personalmente me resulta más cómoda la lectura. La calidad sigue siendo excepcional y los artículos muy elogiables.
Para empezar, buen análisis de Lucio Peñacoba en
"Mentiras de destrucción masiva". Fundamental sacar a la luz esas "armas", puesto que éstas sí que existen y son tremendamente peligrosas. La "primavera árabe" (¿o deberíamos decir yihaidista?) al desnudo y al desnudo sus "inocentes" promotores. Unicamente apuntillar que, con posterioridad a la publicación del artículo, sale en la prensa (por ejemplo,
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/0 ... .html), como quien no quiere la cosa, que el propio Reino Unido exportó a Siria los agentes químicos con los que se podría fabricar gas sarín. ¿Sale a la luz para demostrar la culpabilidad del régimen sirio?, ¿los salvadores del mundo están contra el armamento químico, pero colaboran en su fabricación?, ¿han podido participar en que los "rebeldes" tengan su propio gas sarín?... El montaje de las armas de destrucción masiva de Irak resulta ser la cuadratura del círculo si lo comparamos con la chapuza sobre el armamento químico de El Asad.
Muy oportuno en relación con esta temporada de genocidios y masacres de bombo y platillo
"Genocidio: Hiroshima y Nagasaki" y
"El hundimiento del Wilhelm Gustloff" . Los crímenes de los "buenos" siempre tienen una sana intención, son piadosos y buscan el bien por encima de todo. Y, por supuesto, siempre contarán con la bendición sagrada del Becerro de Oro. Nosotros tenemos que impedir su silenciamiento y, cada vez que alguien saque a relucir los "genocidios" de los "malos", compararlos con los de los "buenos". Pero nunca, callar.
Demoledor
"Alimentos genéticamente modificados". Un futuro oscuro, terrible y escrito ¡hace ocho años!. Nos demuestra una vez más la importancia de llevar a cabo una política ecologista radical (las directrices forman parte del programa de DN) frente al espíritu egoísta y depredador, carente de cualquier molécula de ética, del capitalismo, de sus multinacionales y del mundo financiero internacional.
"El Quijote catalán", si no fuera por lo que conlleva, sería para partirse de risa (fuera de nuestra nación, seguro que lo hacen). Es suficientemente indicativo del nivel, por debajo del encefalograma plano, del nacionalismo e independentismo catalán.
La sección de
"La lucha" sigue muy interesante como siempre y quizás convendría ampliarla y potenciarla un poco más.
Para terminar, citar el Editorial de este número de septiembre, "Señores de la usura internacional, del relativismo, del igualitarismo, de la ausencia de moral, de la droga, del internacionalismo, y de la mentira: hagan las maletas, ténganlas preparadas bajo la cama, su era está tocando a su fin y el futuro nos pertenece."