ESPAÑOLES EN COMBATE. De los mercenarios Iberos a la guerra de Iraq".
Autor: Antonio Martínez Miguélez.
365 pags. P.V.P: 15€.
Decía Pió Baroja allá por 1920 lo siguiente:
“Los españoles hemos sido grandes en otra época, amamantados por la guerra, por el peligro y la acción; hoy no lo somos. Mientras no tengamos más ideal que el de una pobre tranquilidad burguesa, seremos insignificantes y mezquinos”.
Por el contrario, Joaquín Costa en 1896 asegura que:
“Un articulo de la Constitución declara que todo español está obligado a defender la Patria con las armas en la mano, y lo que ahora hay que decir es que todo español esta obligado a servir y defender la Patria con los libros en la mano. España tiene que encerrarse en la escuela y en la Universidad como en un nuevo claustro materno y no salir hasta que se haya dado una cabeza nueva”.
Los dos tienen razón, la cultura de un pueblo no sirve de nada sin armas que la defiendan, y la fuerza sin ideales que defender es simple barbarie.
Desde luego, hay que considerar como forjadores de nuestra Nación española a todos y todas los que en ella vivieron y trabajaron, levantando catedrales, roturando los campos, o saliendo a la mar, ellos que son nuestros padres y madres, abuelos y bisabuelos, y a su vez hijos y nietos de otros españoles. Ellos construyeron esta Nación y no sobra decir que en esta época de Mundialismo y Globalización tanto económica como cultural, no está de más decir, repito, que lo que construyeron fue para nosotros.
Ellos levantaron un jardín, otros como Cervantes, Rosalía, Bécquer, el maestro Rodrigo o Ramón Llul lo llenaron de estatuas, de música y de espíritu. Este jardín que hoy se marchita, a lo largo de los siglos necesitó de quien lo defendiera, ese alguien debía ser tan fiero o más que los agresores, y así fue: gracias al valor guerrero de los españoles existe Europa y sus continuaciones culturales en ultramar como EE.UU o Australia.
